La
música bizantina es un sistema musical completo que emplea la
rica paleta de gamas melódicas del oriente mediterráneo para valorizar
los textos bíblicos e himnográficos que exponen admirablemente
la teología de los Padres de la Iglesia. El monasterio de Cantauque
ejecuta el canto bizantino no con textos griegos, como es lo más
frecuente que se haga, sino en francés.
La saltérica
La notación de la música bizantina, llamada saltérica, deriva
de un sistema de acentuación griega (tono, apóstrofe...) que ha
evolucionado a lo largo de los siglos hacia neumas (signos descriptivos).
Situados encima del texto, éstos acentúan musicalmente las sílabas,
es decir, les confieren la entonación y la expresión que les conviene.
Los neumas, a diferencia de las notas occidentales puestas sobre
el pentagrama, indican simples variaciones de nivel. Las «notas
bizantinas» tienen pues un valor relativo; no tienen sentido sino
en la relación de unas con otras. Se agregan en movimientos melódicos
que varían según los modos (cuatro auténticos y cuatro plagales)
y los géneros de música.
Ver un ejemplo
en la notación del Himno de los Querubines.
La interpretación
Una partitura bizantina debe ser siempre interpretada más
allá de la estricta notación; ésta, de acuerdo con la tradición
oriental, es un simple esqueleto destinado a ser revestido de
múltiples vibraciones e impulsos que se transmiten únicamente
de maestro a discípulo. En este tema, la música bizantina debe
mucho a Simón KARAS y a su sucesor Licurgo ANGELÓPOULOS.
Efectivamente por un defecto de transmisión oral, los cantores
habían llegado a suprimir poco a poco la interpretación de
los neumas: las características de la música bizantina se iban
perdiendo y eran reemplazadas por armonizaciones, variaciones
de intensidad, expresiones sentimentales, etc. S. KARAS se aventuró
en un inmenso trabajo de musicología con el fin de reconstituir
los fundamentos teóricos de la música bizantina. Y para devolver
toda su dinámica a la línea melódica bizantina, reintrodujo numerosos
signos de la antigua notación.
El ison (nota de bajo continuo)
El ison es el único acompañamiento de la música bizantina. Su
emplazamiento deriva de la teoría musical puesto que el ison manifiesta
y pone de relieve la base del modo en el que se despliega la melodía.
Cuando se ejecuta, confiere a esta melodía un color modal preciso.
El ison juega por tanto un papel irreemplazable. Otras tradiciones
musicales monotónicas lo utilizan también (por ejemplo, la música
celta).
Fragmentos escogidos de los diferentes géneros de música bizantina
1. Género estijárico (o hímnico). Para el canto
de los estijarios : himnos intercalados en los salmos.
Ilustrado por el Doxastrikon de Pascua. Uno de los momentos
fuertes del año litúrgico.
2. Género papádico. Para los himnos de la Divina
Liturgia (Misa). Ilustrado por el Himno de los Querubines del
primer tono. Se canta en la procesión de los Santos Dones
(ofertorio).
3. El Poliéleos debe su nombre al versículo estribillo
del salmo 135: «Porque eterna es su misericordia» (misericordia,
en griego, es éleos). Se canta en los maitines de las grandes
festividades.